El Secretario del Bloque de Concejales UCR, Jonathan Roa expresó: no fueron diferencias leves las que tuvo el Jefe de la Policía del Chaco con el Ejecutivo provincial, este último ha demostrado un atropello total a la Institución, merecido freno obtuvo.
Tanto el Gobernador como la Ministra de Seguridad han demostrado no estar a la altura de las circunstancias, dejan entre ver que los policías, que aún siguen a la espera de la resolución de su debido proceso, a causa de los hechos de violencia ocurridos en Fontana, han sufrido un abuso por parte del Estado.
La condena social que pesa sobre los efectivos, sumado a las decisiones del Gobierno no hacen más que demostrar que a Capitanich y todo su Gabinete, poco le importan las normativas vigentes, el debido proceso, la división de poderes y la autonomía de las Instituciones del Estado. Parece que la pandemia, el aislamiento obligatorio y el desarrollo de algunas actividades consideradas esenciales, le han llevado a creer al Gobernador que tiene la suma del poder público y puede obviar ciertas reglas democráticas.
No hablaremos de dictadura porque fueron años muy triste para nuestro país, pero la arbitrariedad, el cinismo, la falta de respeto a las Instituciones, la suspensión de las actividades legislativas, son monedas corrientes en nuestros tiempos y los sufrimos todos, hasta hace pocas horas cuando el Jefe de la Policía dijo ¡BASTA!
Los hechos de violencia existieron y no debemos fomentarlos, pero tampoco debemos hacerlo con las decisiones del Estado, la cúpula policial demostró tener el valor suficiente para no dejar que saboteen las tareas de sus subalternos, usar estos hechos como políticos es muy poco ético, sobre todo en la toma decisiones subjetivas, basadas en ideologías y no en normas vigentes.
Han arrasado con nuestra provincia, usan de escribanía al Ministerio de Educación, de aguantadero a la Salud y de verdugos a las Fuerzas de Seguridad, ¿Qué sigue? ¿Cuántos Romeros más vamos a empezar a ver? Esperemos que esto sea un llamado de atención y que el Gobernador al fin comprenda que la soberbia no nos conduce a nada. –