Toda represión del reclamo social es preocupante, más aún en un contexto de políticas de ajuste y de empobrecimiento, pero lo ocurrido en Quitilipi este lunes, con patotas civiles de innegable vínculo con el gobierno provincial golpeando docentes, es de una gravedad que merece toda nuestra condena y rechazo.
El envío de barras bravas de la política oficial para enfrentar reclamos de mejoras salariales legítimas de maestros y profesores instala una metodología parapolicial totalmente enfrentada con lo que se espera de un Estado de Derecho democrático.
La falta de diálogo y el uso de la violencia, estatal y peor aún, paraestatal, es una negación de la política y una nueva violación a los derechos humanos contra quienes pretendían ejercer el elemental derecho de peticionar ante las autoridades, en este caso el gobernador, y recibir respuestas satisfactorias.
En la provincia del Chaco queda cada vez más en evidencia la necesidad de dejar atrás el relato progresista oficial y colocar en los espacios de representación pública voces que defiendan a los trabajadores y excluídos de nuestra comunidad.
Demás está decir que sería deseable que la justicia investigue e identifique a los integrantes de las patotas que golpearon a los maestros e identifique a los autores intelectuales.
Hago llegar a los agredidos toda mi solidaridad ante tan repudiable agresión sufrida.-concluyó Martinez
Fuente: Facebook Carlos Martínez